
Siempre han llamado mi atención las disciplinas deportivas que ameritan gran esfuerzo; correr grandes distancias, nadar en mar abierto o levantar pesas son los que más admiro, y en los que prefiero ser un simple espectador.
A nivel olímpico levantar pesas es un deporte de primer orden, y los atletas participantes son minuciosamente evaluados, para verificar lo óptimo de su participación, pero mayor es el entrenamiento de estos gladiadores modernos, que pasan todo un año entrenando para dar lo máximo en pocos minutos.
Eso me hizo extrapolar algunos conceptos al cristianismo, y comparar la halterofilia con el fisiculturismo, donde también existe un entrenamiento rígido, pero con la gran diferencia que los atletas de halterofilia se preparan sometiéndose a prácticas rígidas, para realizar un gran trabajo en la plataforma, pero los fisiculturistas pasan todo un año entrenando y cuando suben a la plataforma, solo muestran su musculoso cuerpo de una forma artística y reciben su calificación y un apoteósico aplauso del público y no es que quiera quitar méritos a esta disciplina, solo quiero llevarlos a un punto reflexivo.
[quote_center]…en ocasiones llegamos a desarrollar musculatura espiritual y nos conformamos con exhibir…[/quote_center]Los cristianos pasamos tiempo en la iglesia preparándonos, capacitándonos, y en ocasiones llegamos a desarrollar musculatura espiritual y nos conformamos con exhibir, pero nunca con levantar la pesa del pecado que cae sobre la plataforma de esta sociedad.
Gente con fuerza espiritual para levantar ministerio, se conforma con exhibir su gran capacidad y preparación para convertirse en un líder de Dios, pero no levanta la pesa que descansa sobre la juventud desorientada y abatida.
Cuando veo a la tarima veo muchos exhibiendo sus fuerzas, yo una vez estuve ahí, pero decidí bajar y alertar a otros tantos a descender.
¿En tus oraciones pides fortaleza a Dios? Pues no la pidas para exhibición, cuando la recibas párate sobre tus dos pies, sostén con firmeza la pesa, y levanta!
5 Leyes Inviolables!
1.
No te vuelvas fisiculturista porque no te dejan levantar las pesas dentro de tu iglesia, recuerda que las mejores pesas se levantan fuera, eso hizo Jesús, prefirió la calle.
2. Levantar pesas para que te vean, te aplaudan y te honren, no es la esencia de la halterofilia, eso solo te convierte en fisiculturista forzado.
3. Nunca uses vías fraudulentas para levantar tus pesas en la iglesia, los esteroides son pecados que a su tiempo se hacen evidentes: Dios hace doping a sus fieles atletas.
4. Las lesiones o fracturas en algún momento pueden llegar a tu vida, pero de todas ellas te librará Dios, y si en ellas caes; Romanos 8:28 y Filipenses 4:13 son un buen tratamiento para curarlas.
5. Las pesas tienen discos con diferente peso, pero confía en Dios, él nunca te pondrá peso que no puedas llevar, la tuya fue preparada especialmente para ti, levántala con empeño.