Continuamos con la serie Recréate en su Presencia (recomendamos leer como parte de esta serie las “Cs” en la vida del cristiano), en esta ocasión hablaremos de la Mirada del Alma.
Hebreos 12:2 “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de el sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”.
Este texto indica que los hebreos y también nosotros debemos fijar la mirada en Jesús; como objeto exclusivo de fe y salvación, y seguido a esta declaración se nombras dos razones para ello; Él es el autor: esto significa aquel que da origen o quien establece el ejemplo preeminente; y es el consumador, literalmente significa, “el perfeccionador” y alude a la noción de completar del todo o quien completo a perfección la obra de redención.
Se necesita Fe
Pero para llegar hasta aquí; se necesita fe; de allí la importancia de la misma (fe), Hebreos 11:6 dice: pero sin fe es imposible agradar a Dios” es imposible adquirir cualquier cosa: nadie puede llegar a Dios, ni ser liberado del pecado, ni tener libertad ni salvación ni comunión sin…fe.
Si la fe es tan importante; debemos preguntarnos: ¿Qué es la fe? y ¿Tengo yo fe? Se nos dice que fe es creer en una promesa, es aceptar lo que Dios dice; sin embargo, la Biblia no hace ningún esfuerzo para definir la fe; excepto la que encontramos en Hebreos 11:1. La razón es que no podemos definir filosóficamente la fe; sino de manera funcional; la biblia confirma lo que la fe es en operación o en acción.
Mirar y Creer
Para entender dicha idea y el texto base de Hebreos 12:2, debemos fundamentarnos en la narrativa de Números 21:4-9 y Juan 3:14-15. Aquí las palabras “Mirar y Creer” son sinónimas en estos textos; mirar la serpiente, es lo mismo que creer en Cristo. La diferencia radicaba en que Israel debía mirar físicamente con sus ojos y los creyentes hoy debemos creer con el corazón.
Entonces, la fe es la mirada del alma que se dirige a un Dios Salvador. (Sal 34:5; 123:1-2)
Jesús siempre miraba a Dios; (Mateo 14:19). El enseño que todo lo hacía, podía hacerlo porque se mantenía mirando a Dios, su poder descansaba en el hecho de que su mirada se centraba en el padre.
La fe no es un acto que se realiza una sola vez, sino que es una actitud continua del corazón que se mantiene mirando a Dios. Creer es levantar la mirada a Jesús. “He aquí el cordero de Dios que quita el pecado del mundo”
Al principio es difícil, pero dicha actitud se hará más fácil a medida que creamos el hábito de central la mirada al Señor, porque cuando miramos a Dios dejamos de mirarnos a nosotros mismos. Tu incredulidad es poner el Yo en el lugar que le corresponde a Dios.
Conclusión.
Dios hace fácil las cosas vitales de la vida y la pone al alcance de todos/as.
- En su simplicidad nos insta a mirar con el corazón, esto lo puede hacer cualquier persona, de pie, acostado, de rodillas, reclinado, en agonía, etc.
- Como creer es mirar, se puede efectuar en cualquier momento, todos los días son días de Salvación.
- El lugar donde estés, no tiene Importancia cuando creemos en Dios. Puede levantar los ojos y encontrarlo en cualquier lugar o espacio.
- La vida de fe es accesible a cualquier hijo/a de Dios.
- Si creamos el hábito de mirar interiormente a Dios entraremos en otro nivel de vida espiritual.
Serie Recréate en su Presencia:
- Disfruta de su Compañía
- Las “Cs” en la vida del cristiano
- La Mirada del Alma