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Nos quedamos con la envoltura

 

1 Samuel 16:7b “Porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.”

Hoy hacer un regalo, un presente o detalle, debe cumplir con ciertas tendencias que van desde la forma hasta el tipo de envoltura a utilizar, a sabiendas de que la presentación del regalo suele dar un impresión positiva o negativa de lo que vamos a entregar.

Así que hay tendencias que rigen como debe ir determinado regalo en determinado momento, y ya hay centros especializados en envolturas para darte una mano en ese sentido.

Con frecuencia vemos a nuestros niños impresionarse al recibir un regalo, pero recientemente vi un niño llorar desconsolado cuando recibió un regalo en una hermosa envoltura, y vio como su madre desgarraba el papel para mostrarle lo que había dentro, esto lo afectó al punto de llorar y gritar: “No me rompas mi regalo”

Fue necesario una exhaustiva explicación para hacerle entender que era solo una linda envoltura, pero que el verdadero regalo estaba dentro.

Luego de mostrar el verdadero contenido, entonces el niño calmó su llanto y disfruto del regalo.

Pensativo yo, hice analogías en mi cabeza de cómo solemos enamorarnos de la envoltura de nuestra adoración a Dios, en caso extremo llegamos a idolatrar la envoltura, a sobre valorarla y perder un valioso tiempo.

El pasado cumpleaños de mi hijo, tuve que visitar 2 tiendas con el regalo en las manos para ver donde podía envolverlo con un estampado de su preferencia, perdí mas tiempo buscando donde envolverlo que adquiriendo el regalo mismo. Y al llegar a casa, a los 5 minutos vi el papel expandido por todo el piso de su habitación, y él emocionado con su regalo.

Creo que fue una buena elección de papel, creo necesario envolver los regalos, creo detallista hacer una buena presentación, defiendo la formalidad y calidad en lo que entregamos, de hecho el papel de envoltura impresionó a mi hijo, pero no excedió el nivel de envoltura, esa fue su justa dimensión y no mas…

Pero que pasa con nosotros que a veces sobrevaluamos la envoltura, un poco de suspiro (crema) no hace pastel, pero una porción de biscocho aun sin suspiro, es pastel; mas juntos pueden ser un hermoso pastel. Es la sumatoria de presentación y utilidad.

La envoltura llama la atención, impresiona, y es necesaria, pero el contenido es lo que contiene el valor.

Debemos cuidar nuestra adoración, debemos cuidar nuestro modus vivendi, no puede estar adornado con una hermosa envoltura y punto. La envoltura llama la atención, impresiona, y es necesaria, pero el contenido es lo que contiene el valor.

Porque un día tendremos que ser destapados ante este mundo, y puede ser decepcionante que empaques tan hermosos, solo sean cajas vacías.

Por otro lado, Dios lo sabe, no necesita destaparnos, el conoce nuestro interior, a unos llamó “Olor fragante” aludiendo a un contenido agradable (2 Corintios 2:15) y a otros llamó sepulcros blanqueados (Mateo 23:27)

Que la envoltura no te haga olvidar el regalo, que la envoltura no sea más importante que el regalo, que el regalo sea tu motivación, y la envoltura solo la presentación.

Envolver una caja vacía produce decepción, no nos envolvamos para la gente, destapémonos para Dios.

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