
El Hospital es un centro de albergue y tratamiento de enfermos. Aparte de tratar a los enfermos también promueve la salud de las personas para prevenir ciertos tipos de enfermedades. Algo también que tiene que ver con la salud de las personas son las farmacias donde están alojados los medicamentos que nos diagnostican los médicos. El hospital es un lugar indispensable en cada país, región o nación donde vallamos, ya que la salud define la vida de las personas, independientemente de los problemas personales que pasamos en el mundo. Cada vez que sentimos molestias en nuestro cuerpo lo primero que llega a nuestra mente es acudir al hospital para saber que tratamiento nos diagnosticará el médico para destruir esa molestia.
Nadie cuando siente dolores acude al mecánico, ni a la escuela, ni al trabajo, ni al supermercado, cuando nuestra alimentación es buena y nuestra higiene es buena y aun así sentimos molestias pues entonces hay que acudir a un médico. Por eso hoy en día hay muchas personas que probablemente no les haga falta nada terrenal, su trabajo es bueno, su salud es buena, su alimentación es buena, pero siguen confundidos porque en lo interno de su corazón aún siguen sintiendo molestias.
[pull_quote_center]Poner nuestra fe para sanar nuestro corazón en cosas terrenales y pasajeras alimentará cada día la enfermedad de nuestro corazón.[/pull_quote_center]Hay otro hospital que es más importante que el hospital del cuerpo y es el hospital del alma. Usted se estará preguntando, ¿Cómo que más importante que el hospital del cuerpo? Sí, porque la mayoría de los problemas de la salud del cuerpo se originan por los problemas del alma, no al revés, por eso muchas personas intentan resolver sus problemas internos con situaciones externas, terrenales y pasajeras, empeorando más la enfermedad de su corazón. Por más medicamentos que tomemos, por más veces que vallamos al médico, al psicólogo, psiquiatra, por más actividades ilícitas que acudamos (alcohol, drogas, sexo ilícito, rumbas, etc.), nunca podrán sanar el corazón del hombre. Por eso el dinero no sana la enfermedad del corazón del hombre sino más bien la alimenta, porque cuando un corazón enfermo recibe poder, el poder expone el orgullo de su corazón.
Las riquezas terrenales nunca pudieron llenar el vacío del corazón de Salomón quien fue el hombre más sabio y rico de toda la tierra y terminó diciendo: Vanidad de Vanidades, todo es vanidad (Eclesiastés 1:2), dando a entender que vanidad es poner nuestro corazón en cosas terrenales y pasajeras que nunca traerán sanidad a nuestro corazón.
[quote_box_left]La iglesia de Cristo es el hospital del alma y Cristo es el médico por excelencia quien nos provee de las estrategias exactas para evitar enfermedades y nos da los medicamentos correctos a través de su Palabra para encontrar la sanidad que necesitamos.[/quote_box_left]La mayoría de personas alrededor del mundo están enfermas en su corazón pero han acudido a lugares equivocados a buscar su sanidad, buscando cosas ilícitas y pasajeras para sentirse bien pero terminando cada día más enfermos por usar los medicamentos equivocados, por eso, su enfermedad cada día más está empeorando. A causa de esto el hombre cada día encuentra una nueva forma de hacer maldad y de satisfacer sus deseos porque los pensamientos del corazón del hombre son de continuo al mal y su corazón está corrompido (Génesis 6:5). Un corazón corrompido siempre producirá corrupción.
Lo que hizo Jesús cuando vino a la tierra es perfecto y no existe una enfermedad tanto física como espiritual que Jesús no pueda sanar. El sufrió nuestros dolores, molido por nuestros pecado, fue castigado, experimentado en quebranto, despreciado, desechado, menospreciado, herido por nuestras rebeliones, para hoy impartirnos por el poder de su resurrección sanidad divina física y espiritual (Isaías 53:3-5). Todo aquel que busca un medio equivocado para sanar terminará siempre más enfermo.
Naamán era un hombre valiente, de alta estima, incluso era la mano derecha del rey, pero había un problema, y era que detrás de sus grandes hazañas ahí escondía su lepra (2 Reyes 5). Si llevamos esta porción a la actualidad nos damos cuenta que hoy en día muchas personas aparentan tener una vida exitosa pero hay una lepra interna que lentamente está destruyendo su vida. Aparte de la lepra física de Naamán, había un enfermedad interna más letal que impedía sanar su lepra externa y era necesario sanar la interna para poder recibir la externa (2 Reyes 5:9-11) esa enfermedad era su orgullo. Naamán sabía que el poder que tenía no traería la solución a su problema, que su fortuna no tendría la respuesta que necesitaba, pero en vez de obedecer al profeta y ser sano en ese momento, su enfermedad interna (orgullo) atascó su milagro, aunque más adelante tuvo que necesitar la humildad (rinde nuestro ego) para obedecer al profeta y ser sano.
Acude al médico por excelencia para sanar tus enfermedades y recibir una paz inmutable sobre tu vida. Si un día quieres conocerte más solo mira como actúas cuando estás bajo presión, cuando estás en el momento difícil, cuando estás viviendo lo peor, eso que expones es lo que está escondido en tu corazón, pues así te darás cuenta que necesitas sanidad.
[quote_center]Si el hombre nunca reconoce que está enfermo nunca encontrará su sanidad.[/quote_center]