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Si y No

Mateo 5:37…

Pero sea vuestro hablar: sí, sí; no, no; porque lo que es mas de esto, de mal procede.

Si y No: dos palabras que definen lo que somos y hacia dónde vamos.

Aunque dos palabras muy cortas pero muy importantes en la vida de cada individuo, ya que nuestras mejores decisiones dependen de una de estas dos palabras como también nuestras peores decisiones dependen de las mismas. La mayoría de personas llevan años pagando las consecuencias de una mala decisión, donde debieron de decir si donde dijeron no, y donde debieron decir no donde dijeron sí, solo porque aparentemente se veía lo mejor, decidieron por intereses personales o porque decidieron inspirados por sus emociones y no por las santas escrituras.

Cuando vemos una persona diciéndole no a Jesús todos los días y huyendo de la verdad, nos damos cuenta hacia dónde y el camino que está tomando. Cuando una persona le dice si al pecado todos los días sabiendo que lo que está haciendo no es correcto, sabemos hacia dónde va y el camino que está tomando, y no solo sabemos hacia dónde va sino también el tipo de persona que es. Ejemplo: Una persona que siempre le dice si al alcohol, obvio que es un alcohólico. Una persona que siempre le dice si a las drogas, obvio que es un drogadicto. Un hombre que siempre le dice si a las mujeres, obvio que es un mujeriego, o sea, las decisiones que tomamos habla del tipo de personas que somos. Usted puede ser doctor (a), abogado (a), ingeniero (a), arquitecto (a), pastor (a), fiscal, juez (a), y si usted practica la mentira usted es un mentiroso. Si usted decide estar con un hombre u otra mujer que no es su esposo (a) estando casado (a), usted es un adultero (a). Si usted es juez y hace negocios sucios, usted es un corrupto igual que cualquier otro que no desempeña ninguna profesión. Por eso es que en aquel día Dios no querrá saber que tan bien o mal desempeñamos nuestra profesión, sino cuantas veces guardamos su palabra.

La madures de un hombre y una mujer se mide por las decisiones que toma

Nosotros como creyentes debemos de ser radical al momento de tomar una decisión, ya que cuando no decidimos por obediencia a la palabra entonces decidimos por nosotros mismos y las consecuencias hay que afrontarlas después, entendiendo con esto que todo pecado carga consecuencias. En escritos anteriores decía, que un NO, no se puede negociar cuando nuestras decisiones van a violar las santas escrituras, y esta es una de las causas por las cuales cometemos tantos errores, por no ser radical en lo que hemos creído. En mi vida como hijo de Dios me he visto entre la espada y la pared en medio de una decisión, sin embargo en ese momento mi mejor amigo me lleva a la escritura haciéndome entender que la decisión correcta viene de las mismas escrituras. Muchas veces vivimos como si Dios no existiera, aun siendo creyentes nos hemos acostumbrado a tomar decisiones sin consultar a Dios y al final del camino terminamos echándole la culpa a Dios por la mala decisión que tuvimos. Unas de las cosas de las que no podemos huir es el pago de las consecuencias de las decisiones que tomamos. Entendamos algo, cuando fallamos y vamos delante de Dios a pedir perdón, él nos perdona, pero eso no quiere decir que no carguemos con las consecuencias del error que hemos cometido.

 Cada acción en nuestras vidas conlleva una decisión tomada

No existe mejor manual que la palabra de Dios al momento de tomar una decisión. El manual de la vida muchos lo han abandonado y por eso andan descompuestos internamente sin camino hacia donde ir (Véase: Mi verdadera identidad). Muchas de nuestras malas decisiones no solo nos afectan a nosotros, sino también a nuestros familiares y amigos más cercanos. Los peores si y los peores no, vienen cuando solo pensamos en nosotros mismos, cuando no nos importa si afecta la vida de los demás ni mucho menos nuestra relación con Dios. La vida egocéntrica que llevamos centrada en nosotros mismos nos lleva a tomar las peores decisiones. Por eso Jesús nos dio el mejor ejemplo, él nunca pensó en lo que podía perder, él siempre lo dio todo por nosotros y como consecuencia de esto lo gano todo y recibió el mejor galardón en los cielos. Cada decisión que Jesús tomo fue pensando en nosotros. Por eso, si nuestras decisiones van a afectar nuestra relación con Dios y la vida de los demás negativamente es seguro que no es la voluntad de Dios, porque Dios nunca nos llevará a tomar una decisión que nos aparte de su presencia. Jesús siempre pensó en el necesitado, él siempre pensó en su propósito aquí en esta tierra, él siempre pensó en los pecadores, él nunca pensó para si mismo, por eso no le importo morir en un madero con tal de darnos la vida eterna, por eso es que nuestras decisiones determinan el nivel de amor que le tenemos a algo o a alguien.

El no afrontar nuestras decisiones es falta de responsabilidad

Es fácil decirle si a un negocio sucio cuando no queremos sacrificarnos para conseguir lo que queremos, cuando queremos todo fácil, cuando nuestro ejemplo no es Jesús sino un corrupto millonario que gana dinero por medios ilícitos. Es fácil decirle si a una mujer suela, cuando no queremos afrontar la decisión que tomamos en un altar de estar con nuestra esposa para siempre. Es fácil llamar como tu esposa (o) a una mujer o un hombre con la (el) que estas en unión libre y nunca tomar la decisión de llevarla a un altar para establecer un compromiso verdadero porque afectaría tus intereses personales. Es fácil decirle que si al pecado y no decidir por la cruz que día a día debemos tomar. Es fácil pegarle la culpa a satanás por las malas decisiones que tomamos día a día.

¿Por qué tomamos tantas malas decisiones?

  • Porque decidimos por nuestras emociones.
  • Porque solo pensamos en saciar nuestra hambre de pecar.
  • Porque nunca pensamos en Dios, y no tenemos conocimiento de las escrituras.
  • Porque nunca queremos sacrificarnos.
  • Por no pedir consejos a nuestros líderes.
  • Por decidir por las apariencias.
  • Por falta de responsabilidad y compromiso.
  • Por no ser radical a lo que hemos creído.

Si quieres tomar las mejores decisiones pues empieza a hacer lo contrario a lo citado anteriormente. Con todo este tema concluimos diciendo: que no hay mejor si, ni mejor no, que no venga de las santas escrituras. Los mejores NO vienen cuando nuestras decisiones van a afectar nuestra relación con Dios. Los mejores SI vienen cuando amamos a Dios primero y después a los demás, por eso cuando Jesús pensó: si mi muerte traerá a muchos hijos a la vida eterna, pues no me importa cuanto tenga que sacrificar. Con todo este tema no estoy diciendo que nunca cometeremos errores, todos los cometemos, pero hasta lo errores tienen propósito y es aprender de ellos. Cuantas personas lo has visto cometer errores y te has visto en la misma situación que ellos y nunca decides tomas la decisión correcta aun teniendo ese espejo que Dios puso a tu lado. Cuantas veces te han dado una propuesta de trabajo, y en vez de pensar en Dios, primero piensas en el dinero que vas a ganar, aun sabiendo que es un negocio sucio. Cuantas veces vemos a los jóvenes diciéndole que si a relaciones desiguales y apartándose de Dios, porque cada vez que tomamos una decisión sabiendo que no es correcta tendremos que apartarnos de Dios para poder mantenerla. Aprendamos a sacrificarnos, a comprometernos con la verdad, a serle fiel a Dios sin importa el costo, grandes recompensas vendrán para los fieles, para aquellos que no dan su brazo a torcer, aquellos que son radicales porque han convertido su relación con Dios en su más grande convicción, es mucho lo que he ganado cuando le he dicho que si a Dios y no a las ofertas del mundo, todas las cosas que me hacían falta hoy Dios me las ha multiplicado, son grandes las cosas que he recibido y aún falta mucho más y la más importante, la vida eterna.

Si te decides todos los días por Dios, todos los días Dios dará la cara por ti

Oración:

Amado y misericordioso Dios, quien levantas al caído y das fuerzas al que no tiene ninguna, gracias por la oportunidad que me das de escuchar tu verdad, no hay mejor medicina que tu palabra, vengo ante ti pidiendo tu ayuda porque es difícil decidir cuando el pecado está a la vuelta de la esquina, es difícil decidir cuándo hay tantas voces hablando a mi oído, ayúdame a escuchar solo tu voz, a decidir por ti todos los días sin importar el precio y el costo, yo sé que grandes cosas vendrán después. Inscribe tu palabra en la tabla de mi corazón para decidir por ella todos los días y sobre todo dame fuerzas para resistir las ofertas que el mundo me ofrece. Hoy confieso con mis labios y te digo que si a ti y no al mundo, en el nombre de Jesús, amen.

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