Reflexiones

Quitándole el poder a Dios

Sabemos que Dios es Omnipotente, que es el supremo autor del universo, amo, señor y el creador de la misma existencia. Pero en ciertas ocasiones no sabemos a dónde van tales conocimientos que forman parte de las miles características de nuestro Poderoso Dios. Esas ocasiones se pueden nombrar como circunstancias en las que estamos pasando por tiempos de sequias, también pongamos el otro lado digamos que no estás en tiempo de sequias y las cosas marchan bien por la misericordia de Dios. Digamos que esa ocasión se llama vida cotidiana.

Primero en nuestras sequias le quitamos el poder a Dios cuando llegamos a estancarnos mentalmente en el dolor y la tristeza con un medidor de que tan grande es lo que estamos pasando. Debes saber que en vez de permitirte nublar tu mente con todos estos sin sabores, acuérdate de tú creador y sus promesas. Su Palabra está escrita, toda ella con punto y coma se cumplirá.

Lo demás no importa

No desespere y tampoco te acomode porque mientras estemos vivos todas las cosas que sucedan no serán como para alegrarnos, pero si mantienes tu gozo en el Señor pase lo que pase lo demás no importa.

Eso es motivo de alegría para ustedes, aunque durante un tiempo tengan que soportar muchas dificultades que los entristezcan >> 1 Pedro 1: 6 PDT

Segundo cabe hablar de la vida cotidiana con nuestras apretadas agendas y con las diligencias que se nos presentan cada día y que creemos poder resolver porque quizás sean asuntos triviales. Te mencionaré esta frase “Desencadenar eventos”, y que es esto? Son acciones que por más pequeñas que sean conducen a otras que tal vez sean más grande y esta conduce a otras y así sucesivamente, hasta que llegamos a un sitio llamado “no sé qué hacer, estas fuerzas no me dan”.

A todo puedo hacerle frente, gracias a Cristo que me fortalece >> Filipenses 4:13

Siempre hay espacio y tiempo para consultar al Señor por más grande o pequeño sea lo que vayas hacer o lo que estás pasando es entonces que Dios será Omnipotente en tu vida, dale más de tu confianza, Él ya lo es del universo ¿pero qué tal de ti?

Si sientes que tienes una fe débil o incluso que no tienes fe, depende de Dios y permítele cambiarte en tu mayor fortaleza. Pero eso sólo pasa a través del poder de Dios.

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