JovenReflexiones

¿Dónde está mi meta?

A medida el progreso nos llena de satisfacción, y realmente como seres humanos nos sentimos bien cuando vamos de un lado a otro, logrando pequeñas cosas que contribuirán en nuestros sueños, cuando eso sucede nuestra vida se siente más fuerte y vivimos enfocados en ser cada día alguien mejor e influyente, importante en nuestra sociedad.

Una vida sin metas es una vida sin sentido, que lamentablemente hoy en día muchas personas la están viviendo, debemos establecernos metas en todos los ámbitos de nuestras vidas, sin embargo como cristianos debemos dejar que el querer llegar a cierto lugar sea dirigido por el espíritu santo.

Porque yo sé los planes que tengo para vosotros”–declara el Señor–“pensamientos de bien y no de mal, para daros un futuro y una esperanza. Jeremías 29:11

Dios tiene planes de bien y no de mal para nuestras vidas, las metas de este mundo son meramente pasajeras nos llenan hoy y ya mañana desaparecen, y simplemente queremos más.

Prosigo al blanco, al premio de la soberana vocación de Dios en Cristo Jesús. Filipenses 3:14

Ahora como permitir que nuestras metas y sueños sean más espirituales, cuando nuestros ojos están enfocados en Jesús, en lo que él hizo en la cruz por nosotros, solo Dios nos puede dirigir hacia la mejor meta que es adorarle a él.

 “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.” Marcos 16:15

Como cristianos nuestra principal meta debe ser el mandato que Dios nos dio, de ir y predicar el evangelio, y hacer discípulos.

 “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” Mateo 28:19

Los seres humanos nos conformamos con lo que vemos, sin embargo lo que verdaderamente importa no lo podemos ver, hay que vivir enfocado en la eternidad, confiando en las promesas del señor y viviendo para El, entonces es cuando los triunfos obtenidos en este mundo serán solo eso, bendiciones de Dios, que hemos recibido por realizar alguna tarea con excelencia, pero nuestro corazón y nuestra mente no está enfocada en eso, realizamos lo que hacemos para y por Dios.

[pull_quote_center]Porque Dios es el que en vosotros obra así el querer como el hacer, por su buena voluntad. Filipenses 2:13[/pull_quote_center]

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