Jesús nos enseñó a tomar la decisión de tener una razón para vivir sirviendo a Dios y haciendo una diferencia para él en el mundo.
Cada vida debe tener un propósito al cual pueda entregar las energías de la mente y el entusiasmo del corazón. Una vida sin propósito quedará cautiva de los perversos caminos de una vida sin compromiso. C. Neil Strait.
Los enemigos de tener un Propósito Central son la Comodidad, la Apatía, la Pereza y la Ignorancia.
¿Cómo Descubro El Propósito Central De Mi Vida?
- Tome en cuenta que Dios tiene un plan específico para su vida.
- Pídale a Dios que le muestre el propósito que tiene para su vida.
- Viva su vida para agradar y servir a Dios.
- Establezca prioridades que sean importantes para Dios.
- Asegúrese de invertir su tiempo en cosas de significado eterno.
Reconozca cada día que lo que usted diga o haga puede ser importante para Dios. - Comprenda que hay más vida de la que usted puede ver, oír, gustar u oler: existe una dimensión espiritual más allá de los sentidos.
- Viva para dejar un legado; deje algo que haga una diferencia cuando usted ya se haya ido.
“Una Oportunidad Para Cambiar Al Mundo”
Steve Jobs fue un genio construyendo computadoras, pero hubo una época cuando tuvo la necesidad de que alguien le ayudara a vender sus increíbles “cajas mágicas”. Jobs tenía necesidad de que un experto le ayudara a llevar sus computadoras Apple al cuadrilátero de las ventas para pelear en contra de IBM.
John Sculley se convirtió en el blanco de atención de Steve Jobs. Ya a los 38 años, Sculley se había convertido en el presidente más joven de la compañía Pepsi. Él fue quien diseño y guió la campaña de publicidad denominada “La Generación Pepsi”, que destrono a Coca Cola del liderazgo por primera vez en la historia. Steve sabía que podría lograr mucho si conseguía los servicios de Sculley. Ambos comieron juntos varias veces. Steve le hizo varias ofertas económicas, aunque ni siquiera tenía el dinero ni lo podía conseguir. Sculley, por su parte, no estaba satisfecho con su éxito. Aprovechando la ocasión, Steve Jobs retó a Sculley con una pregunta: ¿Deseas pasar el resto de tu vida vendiendo agua azucarada o quieres una oportunidad para cambiar al mundo? Fue esa única pregunta penetrante lo que movió a Sculley a dejar su seguridad con Pepsi e irse a Apple, y tener la “oportunidad de cambiar al mundo” Los Cristianos, más aun que los empresarios del mundo de la computación, tienen la “verdadera” oportunidad para cambiar al mundo. No perdamos nuestro propósito al permanecer contentos vendiendo sólo “agua azucara”.