La Biblia es la fuente literaria de la religión Cristiana. Es la Palabra de Dios inspirada e infalible; formada por 66 libros (39 en el Antiguo Testamento y 27 en el Nuevo Testamento), escrita por más de 40 autores diferentes, desde el año 1500 A.C. hasta el año 100 D.C.; en tres continentes y en tres idiomas: Hebreo, Arameo y Griego. Estos hombres escribieron movidos por el Espíritu Santo (2 Pedro 1:21). Escribieron, no con palabras de humana sabiduría sino con palabras enseñadas por el Espíritu Santo (1 Corintios 2:13).
La Biblia ha jugado un papel importante en la historia de la civilización, especialmente en la Europa Occidental. Sus verdades han formado a millones de personas, ayudando a forjar naciones influyendo a sus legisladores. Ha sido mencionada en la literatura, inspirado películas y ha sido objeto de intenso debate. Es el mejor libro vendido en el mundo.
La Biblia describe el trabajo creativo de Dios tanto de la tierra como de la humanidad, la caída del hombre, la expansión de las naciones, la formación de leyes y el surgimiento y caída de muchas naciones. Pero la Biblia trata particularmente acerca del trato de Dios con la nación de Israel, sus pactos prometidos a ellos, las profecías, y el cumplimiento de las promesas en cuanto al Mesías. En particular, el Nuevo Testamento es la revelación inspirada de Dios a través de los apóstoles, relacionada a la obra y al Ministerio de Jesús, así también como al crecimiento de la Iglesia. En otras palabras, la Biblia es acerca de Jesús (Juan 5:39).
Dentro de las páginas de la Biblia existe gran sabiduría y encontramos grandes verdades. No es un libro científico ni intenta serlo. Más bien, afirma ser la revelación de Dios a su pueblo. Éste afirma registrar el pasado y predecir el futuro. Afirma, diciéndonos cómo será el futuro distante y que el destino final de las personas será, bien sea de salvación eterna o condenación eterna.